Santo Domingo. Los directivos del Museo Memorial de la Resistencia, a través de su presidenta, la señora Luisa de Peña, han denunciado los constantes intentos de revisionismo histórico que buscan desacreditar a los Héroes del 30 de Mayo y minimizar el impacto de la conspiración que puso fin a una de las dictaduras más largas y represivas de América Latina.
Desde el ajusticiamiento del dictador Rafael Trujillo el 30 de mayo de 1961, sus beneficiarios han desplegado estrategias para establecer una narrativa que favoreciera los intereses de Ramfis Trujillo y del entonces presidente Joaquín Balaguer, ambos con el objetivo de perpetuar su influencia en el poder. Ejemplos de estos intentos sobran: desde la versión tergiversada de Zacarías De la Cruz, chofer de Trujillo, desmentida categóricamente por la autopsia del dictador, hasta el ocultamiento de la participación del militar activo Amado García Guerrero en el complot, por considerarse inconveniente reconocer el papel de las Fuerzas Armadas en la caída del régimen.
A pesar de los 64 años de campañas de desinformación y descrédito, los hechos documentados permanecen inmutables. Informes de agencias del gobierno de Estados Unidos con interpretaciones interesadas no alteran la realidad histórica. No sería la primera vez que informes de este tipo faltan a la verdad, como sucedió en la guerra de Irak con la falsa búsqueda de armas de destrucción masiva o en la invasión de la República Dominicana en 1965, justificada con la premisa errónea de que el contragolpe del 24 de abril era una revolución comunista.
El afán de los trujillistas y sus defensores por impulsar un revisionismo histórico ha llegado al extremo de atribuir a los ajusticiadores de Trujillo crímenes que en realidad fueron perpetrados por la dictadura. Un claro ejemplo es el asesinato de las hermanas Mirabal, sobre el cual existen pruebas contundentes, incluyendo confesiones de los autores materiales y un juicio público televisado que resultó en condenas penales, cuya sentencia está debidamente documentada.
La caída del trujillismo es un hecho respaldado por testigos, documentos y testimonios disponibles en numerosas ediciones y publicaciones. La reciente desclasificación de algunos documentos con meras especulaciones de exmiembros del régimen no altera la verdad histórica: el 30 de mayo de 1961, a las 9:45 de la noche, un grupo de valientes puso fin a una dictadura de 31 años, desafiando el terror y sacrificando sus vidas en nombre de la libertad.