La crisis interna del organismo dificulta la fiscalización pública.
SD. En el transcurso de 2024, la Cámara de Cuentas de la República Dominicana, el órgano responsable de auditar las finanzas del Estado y asegurar la correcta administración de los recursos públicos, enfrentó una serie de conflictos internos que obstaculizaron significativamente su labor.
Como consecuencia, durante todo el año solo realizó dos auditorías, un número alarmantemente bajo para una institución con tan crucial responsabilidad.
Esta situación se vio intensificada por disputas internas entre los miembros del Pleno, lo que afectó la independencia y el desempeño de la Cámara. Esta crisis generó preocupación sobre la capacidad del organismo para cumplir con su misión de garantizar la transparencia en el uso de los recursos del Estado, en un contexto donde la fiscalización rigurosa es clave para prevenir actos de corrupción.
El escaso número de auditorías en 2024 pone en evidencia las dificultades internas que atraviesa el organismo, lo que plantea serias interrogantes sobre la sostenibilidad de su misión y el fortalecimiento del control institucional en el país.