Caracas (EFE).- El 29 de julio de 2024, Enrique Márquez, candidato opositor en las elecciones presidenciales de Venezuela, cuestionó la validez de los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE) que dieron al presidente Nicolás Maduro el 51,2% de los votos, frente al 44,2% para Edmundo González Urrutia, el candidato de la coalición mayoritaria antichavista. Márquez argumentó que los resultados carecen de consistencia y exigió al presidente del CNE, Elvis Amoroso, que publique todas las actas que respaldan el boletín que declara a Maduro como ganador.
Márquez denunció que el boletín número uno no fue impreso en la sala de totalización del CNE en presencia de los testigos, como exige la ley. Según él, el boletín apareció sin el proceso de impresión oficial, y cuestionó el origen del documento presentado por Amoroso. También señaló que el primer reporte del CNE, que muestra una diferencia de más de 700,000 votos a favor de Maduro con un 80% de las actas escrutadas, tiene serios problemas y no refleja con precisión los datos disponibles.
El candidato opositor criticó al CNE por la falta de transparencia y pidió la publicación de las actas para verificar y, si es necesario, impugnar los resultados. Márquez afirmó que el rechazo de la oposición y el pueblo se debe a la percepción de manipulación y falta de claridad en el proceso electoral.
En respuesta a los resultados, miles de manifestantes se reunieron en Caracas, exigiendo la proclamación de González Urrutia como presidente. Las protestas fueron reprimidas por las fuerzas de seguridad del Estado, que utilizaron bombas lacrimógenas y perdigones para dispersar a la multitud.