Lisboa (EFE).- Vanessa Marina, una talentosa breaker portuguesa de 32 años, se está preparando intensamente para competir en la disciplina de breaking en los Juegos Olímpicos de París, donde hará historia como la única representante de Portugal en esta categoría debutante en la competición olímpica.
Originaria de Leiria y formada en ballet y danza contemporánea en Lisboa, Marina descubrió su pasión por el breaking en la vibrante escena de hip hop de la capital portuguesa. Desde entonces, se ha dedicado por completo a este estilo de danza, combinando movimientos acrobáticos y expresivos que son característicos del breaking.
Marina entrena arduamente en Oporto, manteniendo una rutina de cinco días a la semana, cinco horas al día. Su entrenamiento incluye sesiones en el gimnasio para fortalecimiento físico y prácticas específicas en su estudio para perfeccionar sus movimientos y técnicas. Esta disciplina, conocida por su energía explosiva y creatividad, ahora encuentra un escenario global en los Juegos Olímpicos, lo que Marina ve como una oportunidad para atraer a una nueva generación al arte del breaking.
La competencia en París se llevará a cabo en un formato de batallas uno contra uno en un escenario circular, con música DJ y la animación de un maestro de ceremonias. Vanessa Marina competirá contra otras 15 mujeres, incluyendo rivales como India Sardjoe de los Países Bajos y Ying Zi de China, con quienes ha compartido el escenario en eventos anteriores.
Más allá de su propio desempeño, Marina aspira a dar visibilidad al breaking en Portugal, donde aún no es tan popular como en otros lugares del mundo. Reconoce la importancia del apoyo y la motivación para las jóvenes interesadas en unirse a esta disciplina, que combina habilidades físicas con expresión artística y cultural.
A pesar de los desafíos de vivir del breaking en Portugal, Marina ha encontrado apoyo crucial de patrocinadores y marcas, lo que le ha permitido continuar persiguiendo su pasión. Su participación en los Juegos Olímpicos no solo representa una oportunidad para competir por una medalla, sino también para inspirar a otros a seguir su camino en el mundo del breaking.