EFE- La minifalda, un icono de moda que debutó en la pasarela gracias a Mary Quant el 10 de julio de 1964, celebra su sexagésimo aniversario manteniéndose fresca y relevante en la industria. Aunque inicialmente fue vista como una creación escandalosa con una vida útil limitada, la minifalda ha perdurado y continúa siendo una pieza central en las colecciones de diseñadores de renombre como Miu Miu, Gucci, Prada, Loewe y Stella McCartney, e incluso ha sido adoptada por casas de moda clásicas como Chanel.
Mary Quant, quien siempre atribuyó el mérito a las chicas que frecuentaban su tienda en King’s Road, Bazaar, diseñó la minifalda para ofrecer libertad de movimiento y comodidad, ajustándola según los deseos de sus clientas. Aunque a Quant se le reconoce comúnmente como la creadora, el diseñador André Courrèges también reclamó crédito por esta prenda innovadora.
En la década de 1960, la minifalda se convirtió en un símbolo de liberación femenina en un momento de efervescencia cultural marcado por la música de los Beatles y los Rolling Stones. Figuras como la icónica Twiggy personificaron el espíritu rebelde de la época, mientras que otras celebridades como Raquel Welch, Brigitte Bardot, Françoise Hardy y Jane Fonda también adoptaron este estilo.
Teresa Helbig, diseñadora española apasionada de la minifalda, la describe como un símbolo de juventud y fuerza, destacando su presencia constante en sus colecciones. A lo largo de los años, la minifalda ha sido un elemento versátil en el vestuario femenino, desde eventos de alta costura hasta el día a día, adaptándose a diferentes épocas y estilos personales.
Incluso en ocasiones formales como bodas y eventos reales, la minifalda ha dejado su huella. Actrices como Sharon Tate y Yoko Ono optaron por este estilo en sus bodas históricas, mientras que figuras de la realeza moderna como la princesa Catalina y la reina Letizia han incorporado la minifalda en su guardarropa oficial.
En la cultura pop contemporánea, celebridades como Taylor Swift, Hailey Bieber y Blake Lively continúan llevando la minifalda tanto en su vida diaria como en las alfombras rojas, demostrando su capacidad para adaptarse y mantenerse como una elección de moda atemporal y diversa.
Así, la minifalda no solo ha resistido el paso del tiempo, sino que ha evolucionado para reflejar y celebrar la diversidad y la confianza femenina en todas sus formas.
