EFE- Las altas temperaturas que han comenzado a registrarse en toda Ucrania están incrementando la presión sobre el sistema eléctrico del país, el cual ha perdido aproximadamente la mitad de su capacidad de generación debido a los bombardeos rusos desde marzo. Para hacer frente a este déficit, Ucrania se ve obligada a implementar apagones programados y a importar grandes cantidades de energía.
Ukrenergo, la empresa nacional de electricidad, informa que las importaciones de electricidad desde Rumanía, Moldavia, Hungría, Eslovaquia y Polonia han superado los 30.000 megavatios hora (MWh) esta semana por primera vez. Estas importaciones, junto con la suspensión de las exportaciones de electricidad que Ucrania realizaba anteriormente, ayudan a manejar el aumento en el consumo debido al calor.
Desde que Rusia inició ataques aéreos a las centrales eléctricas ucranianas en marzo, ha sido necesario introducir cortes planificados de electricidad, afectando áreas en todo el territorio controlado por Kiev. Muchos negocios y entidades han instalado generadores de gasolina para mantener sus operaciones durante los apagones, generando ruido constante en las calles.
Estos cortes han llevado a cambios en la vida diaria de los ucranianos, quienes deben adaptarse a interrupciones frecuentes en el suministro eléctrico. A pesar de las dificultades, la mayoría de las infraestructuras comunitarias en ciudades como Dnipró operan sin interrupciones gracias a generadores donados, aunque el costo operativo es significativamente más alto que el de la electricidad convencional.
Ucrania está trabajando rápidamente con apoyo occidental para reparar y proteger sus infraestructuras eléctricas dañadas, aunque la dispersión geográfica de las centrales y la complejidad de su equipamiento las hacen vulnerables a los ataques. Esta situación subraya los desafíos continuos que enfrenta Ucrania para asegurar un suministro eléctrico estable en medio del conflicto con Rusia.