Ankara (EFE).- Los incendios forestales han desencadenado una grave crisis en varias regiones de Turquía, afectadas por altas temperaturas y vientos fuertes. Hasta el momento, ocho personas han perdido la vida y 44 han resultado heridas, incluyendo diez en estado crítico, principalmente en las provincias de Diyarbakir y Mardin, en el sureste del país.
El incendio más devastador comenzó en el barrio de Koksalan en Diyarbakir el jueves por la noche y se propagó rápidamente hacia Mardin impulsado por los vientos intensos. El ministro del Interior turco, Ali Yerlikaya, ha informado que las labores de enfriamiento del terreno están en marcha después de lograr controlar el fuego en esa zona específica.
Las altas temperaturas han agravado la situación, con Diyarbakir y Mardin alcanzando los 45 grados Celsius esta semana, mientras que se esperan temperaturas alrededor de los 41 grados para hoy. Estos valores son significativamente más altos de lo habitual para esta época del año, según la Dirección General de Meteorología turca.
Además del incendio en Diyarbakir y Mardin, se han reportado otros focos de incendio en diferentes partes del país. En Salihli, provincia de Manisa, se declaró otro incendio forestal que movilizó aviones, helicópteros y vehículos terrestres para su control. También se registraron incendios en Çanakkale y Esmirna, donde hubo evacuaciones preventivas debido al riesgo que representaban las llamas para las zonas habitadas.
En resumen, Turquía enfrenta una situación crítica con múltiples incendios forestales activos, exacerbados por condiciones climáticas extremas, lo que ha llevado a la pérdida de vidas humanas y amenaza a propiedades en diversas partes del país. Los esfuerzos de las autoridades y equipos de emergencia son fundamentales para contener los incendios y proteger a las comunidades afectadas en este difícil momento.