Rusia también sufrió 1.090 bajas entre sus filas en esta nueva jornada de hostilidades, y ya suma, según cálculos del Ejército ucraniano, más de 347.000 pérdidas de personal desde el comienzo de la guerra.
El eje de Avdivka, en la región oriental de Donetsk, sigue siendo la zona más caliente del frente. Las tropas ucranianas repelieron durante la pasada jornada en este eje 16 ataques del Ejército ruso, que trata de rodear está localidad bajo control de Kiev y ha puesto en liza un gran número de soldados para conseguir este objetivo.
Según el Centro para las Estrategias de Defensa, un ‘think tank’ ucraniano que sigue el curso de la guerra, Rusia continúa introduciendo “fuerzas adicionales” en este teatro de operaciones, y sigue obteniendo modestos avances entre bajas masivas.
Las tropas rusas también han logrado ganar terreno junto a Bajmut y en los alrededores de Márinka, según el ‘think tank’.
Informaciones desclasificadas por la inteligencia estadounidense sitúan en unos 13.000 el número de muertos y heridos desde el 10 de octubre en las cargas rusas para tomar Avdivka.
Ucrania ha centrado parte de su estrategia en esta guerra en infligir bajas masivas en el enemigo, con el objetivo de forzarle a poner fin a la guerra.
En un informe del conflicto publicado el 1 de noviembre en The Economist, el jefe del Ejército ucraniano, Valeri Zaluzhni, afirmó que la estrategia no ha funcionado.
“Fue mi error. Rusia tiene al menos 150.000 muertos. En cualquier otro país estas bajas habrían detenido la guerra”, escribió Zaluzhni.