Tokio, .- Los ministros de Energía y Medioambiente del G7 acordaron hoy acelerar los esfuerzos para abandonar el uso del carbón y otros combustibles fósiles, aunque no se fijaron un nuevo plazo concreto para ello, tal y como aspiraban a hacer varios de los países integrantes del grupo.
«Subrayamos nuestro compromiso, en el contexto de los esfuerzos globales, por acelerar la eliminación gradual de los combustibles fósiles para alcanzar sistemas de energía con emisiones netas cero para 2050», señala la declaración conjunta adoptada por los ministros del Grupo de los Siete al término de su reunión celebrada en Sapporo (norte de Japón).
El documento no acompaña esta promesa con un plazo concreto antes de 2050, tal y como habían reclamado varios de los integrantes del G7, debido al desacuerdo con otros países como el anfitrión, cuyo suministro energético depende altamente del carbón y de la importación de gas y petróleo.
Los ministros llaman a diversificar las fuentes de suministro energético y a desarrollar con rapidez «energías limpias, seguras, sostenibles y asequibles» dentro del marco de acción global acordado para 2050 y dirigido a limitar el incremento planetario de temperaturas a 1,5 °C.
El G7 también mostró su voluntad de trabajar con otros países «para eliminar nuevos proyectos de generación energética basados en el carbón tan pronto como sea posible, para acelerar la transición hacia energía limpia de forma justa». La declaración reconoce no obstante «la importancia de la seguridad energética nacional, su asequibilidad y su resistencia», así como «la necesidad de afrontar la pobreza energética y de ofrecer apoyo a los trabajadores, regiones y comunidades» afectados.
Esto se interpreta como una alusión a los países en vías de industrialización, y en particular a economías emergentes de Asia altamente dependientes del carbón, al igual que Japón.
El grupo de países que integran Japón, Alemania, Francia, Italia, Reino Unido, Canadá y Estados Unidos también se comprometio a tomar medidas para mejorar las cadenas de suministro energético, que se han visto alteradas por la invasión rusa de Ucrania, y reiteraron su apoyo a Kiev frente la agresión del país vecino.