Seúl,- Corea del Norte anunció hoy un endurecimiento de su política nuclear con la promulgación de una ley que le permite realizar ataques nucleares preventivos, y aseguró que nunca renunciará a sus armas atómicas pese a la presión de las sanciones.
«Nunca renunciaremos a las armas nucleares y no hay absolutamente ninguna desnuclearización ni negociaciones ni monedas de cambio para negociar en el proceso», dijo el líder norcoreano, Kim Jong-un, en un discurso ante la Asamblea Nacional Suprema, el órgano legislativo del país, que está celebrando esta semana una serie de sesiones.
Durante su alocución, íntegramente publicada por el diario estatal Rodong, Kim dijo que las armas nucleares son «el gran orgullo del pueblo coreano» y que mientras existan armas atómicas y maniobras que amenacen la seguridad de su país, «nuestro camino hacia el fortalecimiento de nuestra fuerza nuclear no terminará».
En este sentido, Pionyang anunció este viernes que ha promulgado una ley para regular su política nuclear, que contempla la realización de ataques nucleares preventivos si ve amenazada su integridad y a sus líderes, o en caso de ser objeto de un ataque nuclear o con alguna otra arma de destrucción masiva.
FUERZAS NUCLEARES
La ley aprobada por la Asamblea Nacional Suprema contempla la creación de unas «fuerzas nucleares» que «estarán compuestas por diferentes tipos de ojivas nucleares, de vectores (portadores), el sistema de mando, control y todo el personal, y el equipo y las instalaciones para la operación y actualización del sistema», según los detalles publicados por la agencia estatal de noticias KCNA.
«Al promulgar la política sobre las fuerzas nucleares, el estatus de nuestro país como Estado nuclear se ha vuelto irreversible», dijo el líder norcoreano, que aseguró que la normativa tiene un objetivo disuasorio y que su país no puede renunciar a sus armas nucleares porque debe «controlar prospectivamente a los Estados Unidos».
Kim acusó a Washington de intentar derrocar al régimen de Corea del Norte a través de «chantaje nuclear», presionándolo a través de sanciones para que abandone su desarrollo atómico, y calificó esta aproximación de Washington como «un error de juicio y de cálculo» que no surtirá efecto ni «en cientos de años».
«No renunciamos al derecho a la legítima defensa (…) para escapar de las penurias que estamos viviendo ahora», declaró Kim, que tildó la deriva de la política nuclear de Pionyang como «una demanda legal de la situación actual».
El líder norcoreano dijo que para que haya algún cambio en su política nuclear, primero sería necesario un cambio en la situación política y militar de la península coreana y a nivel global.
RELACIONES AMISTOSAS
Corea del Norte dio a conocer el nuevo camino de su política nuclear el día del 74 aniversario de su fundación, que celebró la noche anterior con festejos multitudinarios de una escala inusual para un año no redondo, que se cree que estaría dirigida a enviar un mensaje de unidad ante los desastres naturales y la pandemia.
En tal ocasión, Kim publicitó su postura de impulsar todavía más la milicia y desplegar más «sistemas avanzados de armas estratégicas y tácticas» para «fortalecer notablemente la disuasión del país».
Kim también dio pistas sobre la dirección que busca para las relaciones exteriores del Norte, que buscará «ampliar y desarrollar aún más las relaciones amistosas y cooperativas con los países vecinos» y extender su diplomacia.
El líder norcoreano, que dice estar observando «la transición del mundo unipolar a uno multipolar» fuera de la «colonización» de Estados Unidos, habló de fomentar su diplomacia «para desarrollar intercambios y cooperación multifacéticos con países capitalistas que respeten y traten a nuestro país con amistad».
Corea del Norte mantiene sus fronteras cerradas desde el estallido de la pandemia de covid-19 a principio de 2020 y ha rechazado las ofertas de diálogo planteadas desde entonces por Seúl y Washington.
El año pasado, el régimen norcoreano aprobó un plan quinquenal de modernización armamentística que ha deparado una veintena de lanzamientos de proyectiles este año y que parece estar detrás de los preparativos para una nueva prueba nuclear, cuya sombra se ha acrecentado tras las últimas declaraciones de Kim.
De tener lugar, sería el primer test atómico de Pionyang en cinco años, que, según la inteligencia surcoreana y estadounidense, está lista desde hace meses para llevarse a cabo.